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AVELLANO
(Corylus avellana)

Detalle de hojas Detalle del fruto Vista general del árbol
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Familia: Betuláceas
Especie: Corylus avellana
Nombre:
Castellano Avellano   Catalán Avellaner   Vasco Urr, Urraitz   Gallego Aveleira   Inglés Hazel   Francés Noisetier   Alemán Haselnusstrauch  
Tipo de hoja: Caduca, alterna, simple, no lobulada, dentada.

Altura: 6 m

Floración: finales de invierno a mediados de primavera

Hábitat y lugar de origen: Bosques umbríos de montaña. SO de Asia y SE de Europa, N de África.

Descripción: Árbol ancho y cónico, hojas anchas y ovales, de tacto afelpado en el envés, acorazonadas, haz verde oscura, amarillas en otoño. Corteza gris, con aspecto acorchado. Las flores aparecen antes que las hojas, en largos amentos amarillentos. El fruto es la avellana, una nuez comestible pequeña y redondeada. Es un árbol fácil de identificar, porque carece de un tronco principal diferenciado, sino que múltiples ramas crecen verticalmente desde ras de suelo.

Componentes activos: Aceite esencial, polifenoles, flavonoides, taninos, miricitrósido (vitamina P).

Aplicaciones terapéuticas: Sus hojas son antiinflamatorias. Gracias al efecto constrictor sobre el aparato circulatorio, se aplica en el tratamiento de varices y hemorroides. Al mismo tiempo, el miricitósido ejerce una actividad antihemorrágica.

Aplicaciones culinarias: Las avellanas se suelen utilizar en pastelería y confitería. Forman parte de la "crema de cacao", hecha a base de cacao, leche, avellanas y azúcar, popular merienda infantil que se unta sobre pan o sirve para rellenar pasteles y bollos. Se utilizan para hacer un licor muy perfumado y con un sabor ligeramente seco.

Aplicaciones mágicas: El avellano era llamado Coll por los antiguos celtas y correspondía a la letra C del alfabeto druídico Ogham. En el calendario del mismo nombre, regía la época entre el 12 de junio y el 9 de julio. Las ramas flexibles servían para hacer las famosas varitas mágicas, mientras que las avellanas eran símbolo de fertilidad y sabiduría y aún hoy se ensartan formando collares que se cuelgan de puertas y ventanas. Tradicionalmente, los zahoríes han utilizado ramas de avellano en forma de horquillas para descubrir agua y objetos ocultos.
Según la leyenda, el primer bardo adquirió todos sus conocimientos mágicos (los bardos eran un tipo de druidas) gracias a que probó accidentalmente la carne de un salmón que había comido los frutos de tres avellanos sagrados.

Notas: A las ardillas les encantan los frutos de estos árboles, al igual que los frutos del castaño. Los avellanos, normalmente, no dan fruto hasta que no alcanzan al menos ocho años de edad.


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